Los idiomas más difíciles para ser aprendidos por un hispanohablante

Por: María María del Carmen Ruiz Díaz

Según un estudio del Instituto del Servicio Exterior en Estados Unidos, el inglés y el español son idiomas bastante cercanos y por ello a los hablantes de uno no debería resultarles muy difícil aprender el otro.

La dificultad para aprender una lengua depende de varios factores: lo cerca que esté del idioma nativo o de otros que domines, lo complejo que sea el idioma en sí, el número de horas semanales que dedicas a aprenderlo y, muy importante, los recursos y la motivación de los que dispones.

Estos últimos factores son bastante subjetivos, así que no es fácil elaborar un ranking detallado. Sí que sabemos que las lenguas romances son el grupo de lenguas con mayor inteligibilidad mutua, es decir, que los hablantes de una pueden entenderse con los de otra (sobre todo por escrito) sin necesidad de tener estudios específicos. Si has viajado alguna vez a Portugal o a Italia, seguro que habrás podido apañarte bastante bien sin conocer el idioma, ¿verdad? En el otro lado de la escala están los idiomas más difíciles de aprender para los hispanohablantes.

Por supuesto, no hay nada imposible, pero para llegar a hablar y escribir con fluidez alguna de las lenguas de esta lista tendrás que aplicarte muy a fondo:

Alemán.

Aunque Alemania está bastante cerca de nosotros, su lengua nos puede resultar bastante marciana. Sustantivos y verbos flexibles, cuatro tipos de flexiones nominales, tres géneros y tres tipos de determinantes diferentes e infinitivos múltiples son algunas de las particularidades que lo hacen especialmente adorable.

Polaco.

Se dice que los propios polacos no llegan a dominar su idioma hasta los 16 años. No sabemos si es una exageración, pero sí es cierto que tiene un vocabulario muy complicado, con hasta siete casos distintos para definir el uso del sustantivo en una oración.

Coreano.

Las lenguas asiáticas son de las más difíciles para nosotros. En el caso del coreano nos encontramos con un sistema de caracteres, un alfabeto fonético, dos conjuntos de números y patrones de expresión especiales para denotar estados. El japonés y el chino comparten dificultades similares; este último, además, tiene cinco tonos que para nosotros suenan prácticamente igual. Si consigues hablarlo lo bastante bien como preguntarle su edad a un coreano, descubrirás que ahí también son diferentes: consideran que al nacer ya tienen un año de edad y añaden otro a la cuenta al principio de cada año.

Los idiomas más difíciles

Euskera.

A diferencia del gallego o el catalán, el euskera nos suena directamente marciano. Esta lengua no tiene ninguna conexión con otros idiomas, puesto que ha evolucionado de manera aislada. Además, cuenta con una estructura compleja y las palabras pueden cambiar de significado al añadirles prefijos, sufijos o infijos.

Ruso.

Gramática irregular, múltiples variaciones de acentos, alfabeto cirílico con dos pares de consonantes. El ruso presenta múltiples dificultades y además hay pocas normas estándares, ya que se ha desarrollado en el país más grande del mundo.

Árabe.

Un sistema de escritura completamente diferente al castellano (en el que en ocasiones no se anotan las vocales), singulares, plurales y duales, palabras con cuatro formas diferentes y variaciones regionales sinfín convierten al árabe en un idioma muy complicado de dominar.

Centinelés.

No podemos cerrar esta lista sin darle homenaje al idioma de los nativos de la isla Sentinel del Norte, en las Andamán. Aquí el problema no está en las características de la lengua, sino en que no hay ningún tipo de registro documental del mismo y sus 50 hablantes no están por la labor de enseñárselo a extranjeros. Así que, si te desanimas estudiando inglés, recuerda que siempre podría ser mucho peor.

Y vos ¿Cuál elegirías para aprender?

Fuente: https://whatsup.es

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