
Aprender un nuevo idioma es todo un desafío, y sabemos que la gramática y poner en práctica la oralidad son mundos totalmente distintos. Conversar ya es difícil en nuestro propio idioma, así que, te entendemos, pero, hoy queremos animarte a practicar, porque de eso se trata de disciplina, práctica y constancia.
En este momento, lo más importante es saber que solo interactuando vamos a crecer y aprender. Por eso, trabajar la comunicación es fundamental, porque a través de ella la podremos concretar. Sin limitaciones es la clave.
En primer lugar, debemos reconocer que en un curso de aprendizaje de otra lengua está validado no saber. Y ese es el inicio: reconocer nuestra situación.
Durante una conversación debemos escuchar sin juzgar, con atención plena, este es el primer paso para animar y animarnos a participar. Eso permite que se vaya construyendo un clima de confianza, que aumenta las posibilidades de poner en común la unión de las ideas, las dudas y las curiosidades. Esto es muy bueno para tu aprendizaje.
Para ser efectivos y eficientes es necesario saber que participar de una clase de formación en la incorporación de otra lengua, como cualquier otra formación, nos compromete a actualizar los contenidos que se nos proponen, para ir contando con el recurso más importante que acompaña la comunicación: la posibilidad de construir mensajes, es decir, materializar nuestras ideas para poder transmitirlas.
Otro aspecto a tener en cuenta, es atender a los canales de comunicación, ya que no es lo mismo una clase presencial, híbrida o virtual. Todas son válidas, pero nos exigen de diferentes maneras en cuanto a la atención que requieren.

Si te resulta muy difícil o incómodo exponerte a estas situaciones de conversación, ante una o más personas, te proponemos los siguientes tips:
1) Mentalizate: pensá frecuentemente que vas a poder. Te vas a esforzar aprendiendo y ejercitando.
2) Aprendé de los errores: no te quedes en los errores anteriores, quizás, por experiencias previas fallidas al hablar en público te inhibís actualmente, que eso no te detenga.
3) Respirá: realizá ejercicios antes de cada clase de conversación.
4) Ejercitá tu cuerpo: tomá los textos que ven en cada clase y contalos en voz alta. Practicá contarle a un niño, a un adolescente y a un adulto. Con los recursos que la clase te proponga en el idioma que estás aprendiendo. Allí, observarás cómo el público condiciona la forma en que vamos a transmitir un mensaje.
4) Superá el miedo y accioná: lo que no se hace no se concreta, y a su vez, no se mejora, queda en simple anhelos.
Poné en práctica todos estos tips y empezá a practicar ahora. ¡Vos podés! Recordá que todos somos aprendices.